CUANDO UN CONGRESO DA UN GOLPE DE ESTADO. Héctor Vega

Cuando hace una semana atrás supimos que la presidencia de Pedro Castillo había sido declarado vacante por el Congreso de su país, nuestro gobierno llamó a una salida democrática y respeto a los DDHH, declaración tibia, de cajón, diplomática en fin, ni con Dios ni con el Diablo.

Me pregunto. ¿Qué podía saber nuestro gobierno de un golpe de estado? Porque hay algunos sutiles, otros sangrientos. Siento curiosidad por saber qué les dice su memoria histórica.

Es probable que no la tengan. Pero, lo que sí sabemos que, salvo visitas oficiales nunca nuestros políticos se han sentado a conversar con el pueblo humilde y pobre que vive en las serranías en los caseríos de la cordillera de la Costa o en la pre cordillera andina.

Desde luego Pedro Castillo no tiene que ver con la izquierda, confusión fundamental es buscar rasgos revolucionarios euro céntricos, o la izquierda tradicional de raigambre marxiana en nuestra América, o el de moda centro izquierdismo o neoliberalismo retocado.

Castillo es un serrano que desde su pueblo en Puña en la región de Cajamarca imaginó cosas grandiosas.

Cómo cambiar la injusticia, la pobreza, la humillación, esa lejanía de todo lo que imaginamos de bello en la vida. El mundo de los excluidos, sin hogar, sin Patria, lejos de todo. Han podido borrar los vestigios de Castillo, sacarlo de la Casa de Pizarro en la Plaza Mayor de Lima. Pero no han podido despojarlo de lo que le pertenece, sus sueños de justicia y de reivindicación.

Presidente Castillo apresado por los golpistas

Son los mismos sueños que imaginó en su mente cuando leyó el discurso desbancando a sus enemigos del Congreso. Y por último les tiró a la cara:

«Quédense con el botín que yo me voy donde un amigo que me tiende la mano».

Dicen que su amigo, López Obrador, en vista de la villanía constitucional, porque con la Constitución y las leyes también se cometen horrores, le abrió las puertas de la embajada mexicana en Lima.

Sí, claro, también hay amigos en este torbellino de acusaciones, asombros, reencuentros, declaraciones encendidas.

En esto las palabras, el compromiso, quedan grabados para siempre. Es lo que se llama la magia de las palabras.

Qué político, qué médico, o qué brujo puede entender la magia de las palabras. La misma que encontré, rumbeando en el desierto, en aquellos pueblos perdidos del Sahel en el norte de África. En esas serranías la magia convierte la palabra en acción, transfigura, es realidad. Perdón no quiero excluir a nadie, Jodorowsky con su sicomagia también entendería a Castillo.

¡¡Somos 2 en el mundo!! Quizás haya más. Pero sí, estoy seguro que no se encuentran en la clase política que hoy juzga a Castillo.

Sin embargo, aún cuando parezca extraño, la oligarquía peruana sí encontrará quien le traduzca este puzle que es para Ustedes la mente indescifrable de este serrano que un día entró con estupor al templo mismo del poder.

Pues bien este intérprete del enigma no es otro que el Nobel, Mario Vargas Llosa, el mismo que dijo que los colombianos eran idiotas porque habían elegido a Gustavo Petro como presidente.

Pues bien, las llaves del enigma, las tablas del secreto no son otras que «La guerra del fin del mundo».Ahí está todo. Cuando pueblos que proclamaron sus libertades en el Mato Grosso fueron masacrados por el ejército.

Matanza por el ejército en el Mato Grosso

Por eso, ahora les digo, vayan a celebrar. Disfruten por algún tiempo el mismo poder que años atrás le arrebataron a Evo.

Tiempo corto, este de la Sra. Boluarte, hoy presidenta de los golpistas del Congreso, que había dicho que se instalaría en el poder hasta el año 2026, cuando la revuelta popular que encendió el territorio de la República la hizo adelantar las elecciones al año 2024. Decenas de carreteras fueron cortadas y antes de ayer se sumaron las zonas norteñas de Lambayeque, Cajamarca, Amazonas, La Libertad y San Martín, en tanto Apurímac y Arequipa volvieron a concentrar la mayoría de los bloqueos de autopistas.

Los presidentes de México, Argentina, Bolivia, Colombia expresaron que se debe respetar la voluntad del pueblo que lo eligió, reconocer que ganó democráticamente y que no se le puede destituir, que eso de origen, aunque esté en la Constitución peruana tiene un problema, una falla antidemocrática.

Para López Obrador, Pedro Castillo “sigue siendo” presidente de Perú.

¿En cuanto a Chile? pues no está en ninguna parte.

Chile, su gobierno, aún no se encuentra con las palabras adecuadas. Es lo que sucede cuando tienes 2 almas. Una anclada en vacilaciones producto de la falta de convicciones y otra en el mandato que te entregó el Pueblo.

El gobierno nos dice que condena la ruptura constitucional en Perú. ¿Cuál? La declaración de Castillo disolviendo el Congreso o la del Congreso destituyendo a Castillo, enviando a la Policía y al Ejército a apresarlo. Velada conspiración que venía desde el momento mismo de la proclamación del Presidente.

Toda esta confusión porque a renglón seguido expresa que “valora que la crisis política se está abordando a través de cauces institucionales”.

¿Qué cauces institucionales? ¿Un juez que lo acusa de “rebelión” y “conspiración” en flagrancia tras un autogolpe fallido y, que lo detiene en una base policial en Lima?

Todo eso, cuando Castillo dice que “jamás renunciará”.

Compatriotas esto va para largo. Muy largo. En algún momento Latinoamérica se levantará ante tanta injusticia. Por ahora estamos en nuestra propia Constitución que ha borrado de plano al Pueblo, refugiada la clase política en las paredes del Congreso, busca las palabras mágicas con que nos mantendrá por otros 50 años en manos de la oligarquía.

Santiago, diciembre 13, 2022

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