Francisco González* |
LEY DE AFPS: LA PEOR Y MÁS PERVERSA POLÍTICA PÚBLICA DE QUE SE TENGA CONOCIMIENTO EN LA HISTORIA DE LA CHILE. Son tantos los argumentos, tantos millones de titulares, tantos millones de declaraciones y explicaciones, que trataré en este artículo de no caer en ese tipo de monsergas inconducentes. No quiero apelar a la conciencia ni a la razón ni a la ética ni a los ideologismos, ni tampoco trataré de convencer ni de persuadir a nadie. Todos estamos grandes, todos sabemos dónde nos aprieta el zapato y todos sabemos qué tipo de jubilación vamos a recibir con este sistema de capitalización individual, impuesto a sangre y fuego por la dictadura en el año 1980. En primer lugar, quiero señalar lo que para mí es una premisa básica: la rentabilidad de un sistema de pensiones de un país cualquiera, debe ser analizada estrictamente desde una óptica social, nunca comercial o financiera. Por eso, no es ni puede ser concebido como negocio. En consecuencia, el otorgamiento de pensiones a las personas jubiladas, es una responsabilidad del Estado con el propósito de dar a ellas una sobrevivencia digna. Eso es un paradigma del cual no podemos ni debemos movernos si es que, en alguna medida, nos interesa la sobrevivencia de ese Estado. Segundo, es necesario entender que los parámetros con los cuales determinadas políticas sociales se calculan, están cambiando a cada minuto y por tanto la responsabilidad de los dirigentes del sistema político que los ciudadanos nos hemos dado, es tener esos cambios en consideración y proyectar en base a ellos. Me explico: La esperanza de vida está cambiando; por ejemplo, sólo en los últimos cincuenta años los chilenos hemos aumentado esa expectativa de vida en un astronómico 30,1 %; es decir mientras en los años 70 vivíamos hasta los 62 años, hoy lo hacemos hasta los 80. Paralelo a eso, en apenas 50 años la población chilena ha crecido en un inmanejable 80%. Es decir de ser 9.5 millones en el 1970, hoy somos 17 millones de personas. O sea, la población crece a pesar de que la tasa de natalidad desciende día a día en forma alarmante. A saber, a principios de los 70´el promedio de hijos por mujer era cercano a 4 y hoy estamos en 1.3. Y así sucesivamente. Pero como si esto fuera poco, les tengo otra “mala” noticia: esto no va a cambiar, todo lo contrario, la expectativa de vida sigue subiendo, las mujeres siguen teniendo menos hijos y la población sigue aumentando. Los jóvenes cada día se casan menos y si lo hacen [o conviven que para efectos prácticos es lo mismo], lo hacen cada día más tarde y como producto de la globalización y las herramientas tecnológicas, quieren conocer lo que ven, quieren disfrutar lo que se les ofrece y quieren ir a donde les muestran. Sin embargo, estas estadísticas que son muy buenas y que deberían alegrarnos a nosotros como personas, presentan grandes desafíos al país los cuales, o no están siendo abordados, o están siendo abordados para mal, porque para que una sociedad funcione correctamente y su economía también lo haga, es necesario tratar –a lo menos- de mantener el equilibrio entre personas que nacen y personas que mueren de tal manera que la ecuación joven-viejo no se altere ya que las consecuencias para la economía no serían buenas si sucede lo contrario. Mucha población mayor significa mucho dinero en pensiones y poca población joven significa pocos ingresos para la mantención del sistema [Según el paradigma de los defensores del modelo AFP], de la misma forma que malas pensiones significa mayor cantidad de adultos mayores trabajando, lo cual “taponea” el ingreso de la población joven al mercado laboral. Es decir, los que deben cotizar, no tienen trabajo para poder hacerlo y por tanto en el futuro sus pensiones serán igual o más exiguas aun. Y pongamos un último pelo en la leche: si cada día vivimos más, necesitaremos una pensión por más tiempo. Por eso digo que el tema de las pensiones es una responsabilidad única y excluyente del estado con lo cual no estoy siendo “estatista” como seguramente me acusaran algunos, estoy siendo simplemente realista. Tercero: Aquí vienen las paradojas que nos deberían hacer reflexionar: Porqué entonces, si el negocio tiene tal cantidad de factores de riesgo, existe tanto interés en mantenerlo en manos de empresarios privados? Simple: porque ni al Estado ni a los privados les interesa el monto de la pensión que usted recibirá una vez que se jubile. Al Estado le interesa facilitarles los negocios a los privados, y a los privados les interesa única y exclusivamente lucrar con el negocio lo más que se pueda. Nunca debemos olvidar que AFP significa Administradora de Fondos de Pensiones. Como bien lo resumió el propio ex integrante de la Comisión Bravo Andras Uthoff“..Esto no es un sistema de pensiones, esto es una industria”. O sea, empresas que administran lo que entra y reparten de acuerdo a la rentabilidad que han tenido los fondos. Si no hay rentabilidad, bajan las pensiones, si la gente vive más, bajan las pensiones, si los jóvenes no cotizan, bajan las pensiones. Pero seamos honestos, mantener este macabro sistema es fácil, sólo basta seguir el juego de las expectativas y mentir y mentir porque al final…, algo queda. Cuando lo implementaron mintieron, está comprobado. Hace veinte años, cuando comenzó la agitación y las personas empezaron a darse cuenta que les habían mentido impúdicamente, siguieron mintiendo y -a través del mercurio y sus adláteres- siguieron generando expectativas. Hoy, después de treinta años, las personas comenzaron a jubilar en masa y en masa también se dan cuenta de que fueron engañadas de nuevo. Las pensiones escasamente superan el 50% del salario mínimo y la clase media ve con horror como la que se suponía sería su edad dorada, serán los años más negros de toda su vida. Hoy, nuevamente comenzó la andanada de mentiras para seguir tranquilizando a los cotizantes, pero esta vez con herramientas más sofisticadas: ahora es el Estado mismo el protagonista y el que lleva la voz cantante en las mentiras mientras la clase política, trasversalmente, se suma al coro. Haremos una reforma para dar a las personas pensiones dignas, vocifera impávido el Presidente, ¡¡¡¡ Nuestro sistema es genial, es el 8° mejor del mundo¡¡ declaman todos los medios de comunicación incluido el infaltable Mercurio. Y nos muestran profusamente el estudio realizado por “Mercer”, [la aseguradora y consultora Norteamericana de recursos humanos más grande del mundo, cuyos dueños son “Marsh & McLennan Companies”]. Sin embargo, no dicen que este estudio plantea lo siguiente: 1. Que es necesario elevar el porcentaje de cotización obligatoria. Un 7% no es suficiente porque la gente está empezando a alegar y hay que volver a generarle expectativas. 2. Que hay que aumentar la edad de jubilación. Si la gente se jubila a los 65 habrá que pagarle más años y eso…. No es rentable. 3. Que hay que forzar a los adultos mayores a seguir trabajando para que puedan seguir cotizando. De esa forma pagan más años y cobran menos años. Negocio redondo. 4. Que hay que obligar a los trabajadores independientes a cotizar en el sistema. Pronto las personas se darán cuenta que cotizar no es un buen negocio para ellas y buscarán formas de dejar de hacerlo por tanto hay que crear leyes para obligarlas. Ahora bien, Para que no se repita en nuestra larga y angosta faja de privatizaciones el mismo fenómeno que ocurrió en la construcción de la torre de Babel, aclaremos el lenguaje de tal manera de entender todos lo mismo. Este estudio es de carácter financiero, es un estudio que entrega información a los inversionistas de los factores de riesgos presentes en determinada área de negocios. No es un estudio para la población, no es un estudio que tenga que ver con la solidez del sistema en relación al monto de pensiones que se entregará a las personas cuando jubilen. Nada de eso, lo que este estudio dice es que el sistema es muy bueno para invertir ya que es muy seguro para los inversionistas. En otras palabras, este estudio reafirma lo que estamos diciendo: el sistema no es bueno para los ciudadanos pero es muy bueno para los inversionistas que han ganado fortunas inconmensurables gracias al genial invento de la dictadura, mejorado y profundizado a través de estos largos 28 años de democracia. Y curiosamente ahora, en los mismos momentos en que el Presidente de la República, hermano del creador del sistema, se prepara para anunciar en cadena nacional, la reforma al sistema de Pensiones, aparece este artículo en el Mercurio en el cual se asegura que el “sistema de pensiones de Chile es el octavo mejor del mundo”. En otras palabras: tiene cara de perro, ladra, mueve la cola, pero nos quieren hacer creer que es un tierno gatito. Una semana antes sin embargo, el influyente diario neoyorkino “The New York Times” había publicado un artículo que destroza el sistema de pensiones de Chile, asegurando que es una vergüenza internacional y que los chilenos deben seguir trabajando después de jubilarse para poder subsistir. Ahora bien, que propone la reforma que el gobierno aprobará en el parlamento?, Obvio, lo mismo que plantea el estudio de Mercer. Y tengan la certeza que nuevamente nos van a asegurar que el 2050, las pensiones serán cercanas al 100% de nuestro ingreso promedio. Y muchos lo creerán, y seguiremos caminando en el sentido de las manecillas del reloj y ellos seguirán mirándonos la cara y enriqueciéndose a costa de nuestro trabajo y nuestros ahorros. Mientras tanto, los más pobres, seguirán pagando impuestos y más impuestos y más impuestos, para que con esos dineros se pueda pagar a las policías para que nos vigilen. No vaya a ser cosa que se nos ocurra dejar de cotizar o exigir cosas indebidas. Como dije al comienzo, no quiero tratar de persuadir a nadie con lo aquí dicho, simplemente quiero dejar que la historia hable, quiero al menos dejar a mis hijos un legado: quiero que ellos sepan que su padre jamás creyó en los argumentos que defendían este sistema de mierda y que sin duda es una de las peores y más perversas políticas públicas de que se tenga conocimiento en la historia de la humanidad y que con el aval del estado, ha estafado a millones de chilenos durante largos 38 años y con el aval del estado… lo seguirá haciendo Dios sabe por cuantos más. Pero bueno, el domingo juega el Colo con la Chile y todo esto se nos habrá olvidado. * Francisco González L. es analista político. Fuente: Crónica Digital 08/11/2018 |